A MIS 18 AÑOS
EN LA VIDA, LE PASAN A UNO COSAS MAS O MENOS EXTRAÑAS, O ESPECIALES, O LO QUE DECIMOS DISTINTAS.
CUANDO EMPECE LA UNIVERSIDAD, EN UNO DE ESOS DE MIS DIAS EN REBELDIA EXISTENCIAL, Y TRAS HABER DEJADO EL SEMINARIO CATOLICO DONDE QUERIA ARREGLAR EL MUNDO, PENSE..
SI, ASI, COMO SE DICE, PENSE…ESTE MUNDO ES UN ASCO. LA TRADUCCION SERIA, PORQUES Y PORQUES SIN CONTESTAR.
MI INTERROGANTE MAS GRANDE ERA PORQUE HABIA MUERTO MI PADRE TAN JOVEN, YO TENIA NUEVE AÑOS, EL CUARENTA Y SIETE.
MI PENSAMIENTO, TENGO QUE CONFESAR QUE IBA DIRIGIDO, A ESE DIOS DE LA CONCIENCIA EN EL QUE YO CREIA, PERO QUE DESEABA CONOCER.
MI DILEMA ERA, ESTA ESTE MUNDO MAL HECHO.
MIS PENSAMIENTOS, DE DUDAS O INTERROGACIONES, ERAN EL ANSIA DE SABER DONDE ESTABA ESE DIOS, DEL QUE YO ME ENAMORE A MIS SEIS AÑOS, CUANDO VI LA PELICULA DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS.
COMIA EN MI CASA DE LA CIUDAD DE LINARES, EN LA PROVINCIA DE JAEN, EN ESPAÑA, EN EL SUR, ENANDALUCIA. AL CABAR, CON MI PRIMER SOBRINO, DESPUES DE COMER PASEABA, CUANDO POR LA CALLE PRINCIPAL, SE ME ACERCO UN HOMBRE COMO DE UNOS CINCUENTA AÑOS, CON UNA BIBLIA EN LA MANO.
ERA EL AÑO 1972, CUANDO ERAMOS ENSEÑADOS EN NO PARARNOS CON HOMBRES CON LA BIBLIA EN LA MANO.
QUISE ESQUIVARLO, PERO ME DIO UN FOLLETO, UN PAPEL.
RECONOZCO, QUE ESTUVO MAL LO MQUE HICE, YA QUE TIRE EL PAPEL AL SUELO…
PERO AL INSTANTE LO COGI. VOLVI Y LE INVITE A HABLAR .
ESTUVIMOS COMO UNOS 15 MINUTOS, JUNTOS. EL UNICO QUE HABLE FUI YO. AL DESPEDIRNOS AQUEL HOMBRE, PASTOR PROTESTANTE ARGENTINO ME DIJO, QUE TENIA LA MENTE CAUTERIZADA.
¡QUE PALABRAS!
AQUEL PAPEL, QUE HABIA TIRADO AL SUELO, Y ARRUGADO, LO HABIA GUARDADO DUARANTE CUATRO AÑOS.
RECONOZCO QUE NO ESTUVO BIEN LO QUE HICE, PUES MI GESTO DE DESPRECIO FUE COLOSAL.
A MIS 18 AÑOS, PASO LO QUE CUENTO. PERO ES QUE A LOS CUATRO AÑOS DESPUES, AQUEL ARGENTINO PASO A SER UNO DE MIS GRANDES AMIGOS. DON LUIS DURE, PASTOR OBISPO PROTESTANTE,
EN AQUUELLOS DIAS, CUANDO TENIA 22 AÑOS, ME HICE UN HOMBRE DE FE.
LOS INTERROGANTES DE MIS 18 AÑOS, SE TRADUJERON EN FE.
¿QUIEN A SUS 18 AÑOS, NO HA TENIDO INTERROGANTES Y REBELDIAS, Y DUDAS?
AHORA EL SONETO A LA BIBLIA, DEL QUE SOY AUTOR, POR INTERNET
ES MAS QUE CONOCIDO.
Y CONFIESO QUE TENGO QUE FE.
HUMANISTA ANTONIO MARTINEZ DE UBEDA LINDEN
sábado, 17 de octubre de 2009
DONDE LOS PREDICADORES
DONDE LOS PREDICADORES
Id y predicad el evangelio a toda criatura; Marcos 16,16.
Oh Dios mío, cuando no es mi llanto el clamor que desde el cielo ha de darse a los hombres. Oh Dios mío cuando en mi seriedad no es el gemir y quebranto el predicar a los perdidos las buenas nuevas de evangelio.
Estudios maravillosos de la biblia tan necesitados para predicadores de calles y callejones, plazas y subterráneas, donde la pasión por quien no conoce a Jesús ha de ser dada y expuesta. Con la sinceridad que un desconocido, detectará sólo si el Espíritu Santo es quien le aborda, porque es usado el hombre o la mujer para transmitir ese poder de Dios, con el arrepentimiento que la semilla del evangelio, llevará a su corazón.
Y porque la Palabra de Dios, es viva y eficaz y más cortante que una espada de dos filos, y a la vez es virtud y poder de Dios, hagámosla correr. Como los ríos de agua viva.
Que el caminar diario te tenga en tensión sabiendo de la posición del que no conoce por convertido las Sagradas escrituras, y si las conoce como texto doctrinal, que sepa que le han de ser de pentecostés, de compromiso, de salvación.
Dónde el fuego del Espíritu Santo, que en estos tiempos debe fluir en los templos para que le nuevo futuro de los jóvenes salvos haga resplandecer como una nueva criatura, santa y apostólica.
Son tiempos de celo apostólico, sí, del expansivo proyecto de la fe, con hombres y mujeres capaces, por quien todo lo puede, el que dice, " y no te he dicho que si creyeres, verás la gloria de Dios".
El pentecostés no puede ser callado, no es tiempo de callar, de temor al qué dirán en la comunidad si tu decidido sentir y manifestar es el de obedecer al mismísimo Espíritu Santo. Es tiempo del despertar, donde voces autónomas, porque son dirigidas inclinarán sus rodillas. Como en los tiempos predichos por el profeta Joel, que en los últimos tiempos...
-Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.
Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.-
Ahora nos preguntaremos si es que no has perdido el primer amor, si tú al ser joven tuviste pruebas evidentes en tu vida espiritual o ahora de mayor, por atrevido hombre de fe, expones tus más sagradas experiencias como regalo de Dios.
Hablo de la manifestación más exacta y pentecostal, por bíblica y evangélica. Incluso sabiendo que el miembro de tu congregación que está a tu lado parece ser diferente en la textura de su conversión. Entendámonos, y exijamos en materia de fe, el ser respetados y no despreciados, porque quienes no dicen creer al cien por cien las verdades de la Biblia, aún siendo miembros ministerialmente correctos.
En el poder de Dios no se es elegido democráticamente sino celestialmente. El suyo es un reino de virtudes, y los escalafones son bendición y prosperidad, y en santidad está el crecimiento que has de tener, con los llamados frutos del Espíritu.
Es tiempo de decidir que tu postura es evangélica, y de saber como decía Pablo, "yo sé en quien he creído".
Estamos siendo llamados como en parábola de las diez vírgenes, a mantener la santidad, en una evolución más que progresiva. Y porque el amor de muchos se está enfriando, seamos los santos, valientes en predicar y en no callar.
Utilicemos la terminología bíblica, que cumpliéndose no podemos olvidar. Posicionemosnos con los santos, con los que oran de rodillas, con los que predican por calles y plazas, y hablan nuevas lenguas. Alelgremosnos por los que no callan viendo el mundanalismo en las congregaciones, y hacen de profetas y atalayas.
Id y predicad el evangelio a toda criatura; Marcos 16,16.
Oh Dios mío, cuando no es mi llanto el clamor que desde el cielo ha de darse a los hombres. Oh Dios mío cuando en mi seriedad no es el gemir y quebranto el predicar a los perdidos las buenas nuevas de evangelio.
Antonio Martinez de Ubeda
Id y predicad el evangelio a toda criatura; Marcos 16,16.
Oh Dios mío, cuando no es mi llanto el clamor que desde el cielo ha de darse a los hombres. Oh Dios mío cuando en mi seriedad no es el gemir y quebranto el predicar a los perdidos las buenas nuevas de evangelio.
Estudios maravillosos de la biblia tan necesitados para predicadores de calles y callejones, plazas y subterráneas, donde la pasión por quien no conoce a Jesús ha de ser dada y expuesta. Con la sinceridad que un desconocido, detectará sólo si el Espíritu Santo es quien le aborda, porque es usado el hombre o la mujer para transmitir ese poder de Dios, con el arrepentimiento que la semilla del evangelio, llevará a su corazón.
Y porque la Palabra de Dios, es viva y eficaz y más cortante que una espada de dos filos, y a la vez es virtud y poder de Dios, hagámosla correr. Como los ríos de agua viva.
Que el caminar diario te tenga en tensión sabiendo de la posición del que no conoce por convertido las Sagradas escrituras, y si las conoce como texto doctrinal, que sepa que le han de ser de pentecostés, de compromiso, de salvación.
Dónde el fuego del Espíritu Santo, que en estos tiempos debe fluir en los templos para que le nuevo futuro de los jóvenes salvos haga resplandecer como una nueva criatura, santa y apostólica.
Son tiempos de celo apostólico, sí, del expansivo proyecto de la fe, con hombres y mujeres capaces, por quien todo lo puede, el que dice, " y no te he dicho que si creyeres, verás la gloria de Dios".
El pentecostés no puede ser callado, no es tiempo de callar, de temor al qué dirán en la comunidad si tu decidido sentir y manifestar es el de obedecer al mismísimo Espíritu Santo. Es tiempo del despertar, donde voces autónomas, porque son dirigidas inclinarán sus rodillas. Como en los tiempos predichos por el profeta Joel, que en los últimos tiempos...
-Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.
Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.-
Ahora nos preguntaremos si es que no has perdido el primer amor, si tú al ser joven tuviste pruebas evidentes en tu vida espiritual o ahora de mayor, por atrevido hombre de fe, expones tus más sagradas experiencias como regalo de Dios.
Hablo de la manifestación más exacta y pentecostal, por bíblica y evangélica. Incluso sabiendo que el miembro de tu congregación que está a tu lado parece ser diferente en la textura de su conversión. Entendámonos, y exijamos en materia de fe, el ser respetados y no despreciados, porque quienes no dicen creer al cien por cien las verdades de la Biblia, aún siendo miembros ministerialmente correctos.
En el poder de Dios no se es elegido democráticamente sino celestialmente. El suyo es un reino de virtudes, y los escalafones son bendición y prosperidad, y en santidad está el crecimiento que has de tener, con los llamados frutos del Espíritu.
Es tiempo de decidir que tu postura es evangélica, y de saber como decía Pablo, "yo sé en quien he creído".
Estamos siendo llamados como en parábola de las diez vírgenes, a mantener la santidad, en una evolución más que progresiva. Y porque el amor de muchos se está enfriando, seamos los santos, valientes en predicar y en no callar.
Utilicemos la terminología bíblica, que cumpliéndose no podemos olvidar. Posicionemosnos con los santos, con los que oran de rodillas, con los que predican por calles y plazas, y hablan nuevas lenguas. Alelgremosnos por los que no callan viendo el mundanalismo en las congregaciones, y hacen de profetas y atalayas.
Id y predicad el evangelio a toda criatura; Marcos 16,16.
Oh Dios mío, cuando no es mi llanto el clamor que desde el cielo ha de darse a los hombres. Oh Dios mío cuando en mi seriedad no es el gemir y quebranto el predicar a los perdidos las buenas nuevas de evangelio.
Antonio Martinez de Ubeda
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